Lo que nuestros lectores piensan
Nos hemos pasado la vida diciéndole a Venancio, mi hermano, que es un sinvergüenza. Después de leer el libro que escribió con mi sobrina Amanda , veo no un sinvergüenza, sino un hombre enamorado, a quien su forma de ser y su apariencia le ayudaron a tener muchos amores durante su vida. Es un libro entretenido, gracioso, lleno de anécdotas interesantes, y muy bien ubicado históricamente. Me gustó mucho la descripción que hace de la vida de un inmigrante en los 70 en Estados Unidos, y encuentro que no es muy diferente a lo que vivimos los inmigrantes actualmente. Hoy me siento orgullosa de mi hermano y mi sobrina y feliz de cambiar el adjetivo que le tenía a mi hermano.
Tuve la suerte de conocer del proyecto de mi hermana y mi tío de escribir «Érase una vez un hombre enamorado» desde el primer momento. Este libro reune innumerables anécdotas que pintan la familia colombiana desde los años 50 en adelante. Como colombiana e inmigrante me sentí identificada y reí, a veces a carcajadas, por las diferentes situaciones que vivió Benny durante cincuenta años de su vida. Pienso que se trata de una recopilación de vivivencias que le pueden dar a futuras generaciones una posibilidad de mirar hacia atrás y conocer como nuestras abuelas y abuelos vivieron un pasado, que si no se plasma en obras literarias, corre el riesgo de perderse y con él, parte de nuestra identidad como personas.
Me gustó el libro de relatos titulado «Érase una vez un hombre enamorado» por varias razones: primero porque la idea fue mía y fue muy grato que mi hija y mi hermano hubieran tomado la cosa en serio y le hubieran dedicado tiempo a poner en práctica la aventura que es escribir; segundo porque encuentro en el libro muchas de las «bobadas» que a veces comento en charlas familiares; tercero porque el libro tiene cosas muy valiosas, como hablar de un hombre bueno que, a diferencia de muchos que conocemos, se limitó a darle amor, cariño o amistad a las mujeres que se cruzaron en su camino y no a maltratarlas o estafarlas; y, cuarto fue muy grato recordar apartes de la historia colombiana y mundial en el siglo XX.
Suerte. Sigan escribiendo aunque reciban comentarios no muy buenos porque sólo se aprende a escribir, escribiendo. Algún día Amanda me hizo caer en la cuenta de la diferencia que existe entre «Cien años de soledad» y, por ejemplo, el «Relato de un secuestro» y esa diferencia viene dada por el ejercicio constate de escribir. Cada vez el resultado es mejor.
Si usted quiere escritos que lo entretengan, “Vidas y Contrastes” es para usted. Yo lo compré buscando una novela entretenida, y encontré más que eso. Los tres relatos son muy buenos, desde el primer momento ya quería saber cómo iba a terminar. A pesar de ser historias de sitios que no son reales, me llevó a recordar muchos de los sitios de mi país. Fuera de eso, los relatos son muy interesantes, aprendí algo de leyes, en “Sucedió camino de Esmeraldas”. La historia de amor de “Dilemas” me mostró un lado diferente de las dificultades de una pareja. Y el último relato, “Sarita”, es interesante desde la primera hoja. Todo el libro tiene algo que llama la atención y es la Astrología. Es un escrito que lo mantiene a uno intrigado hasta el final… lo recomiendo.