2020 llegó con un «virus» desconocido para el cual no había medicina, ni vacuna. Virus que en poco tiempo se regó por todo el mundo y fue bautizado como «coronavirus» por su parecido con otros, conocidos.
El desconcierto fue total. No sabíamos qué hacer. Y para colmo, desde marzo del 2020 las noticias acerca de la pandemia empezaron a saturar los noticieros, entonces no tuvimos más remedio que investigar acerca de dicho virus. Aprendimos muchas cosas, tantas que ya teníamos dolor de cabeza. Entonces pensamos que mientras llegaba la vacuna contra el virus, lo mejor era protegernos como ha dicho la ciencia, esto es, usar tapabocas, guardar la llamada «distancia social», lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón y no concurrir a sitios donde se reúnen grandes cantidades de personas, mientras los científicos logran encontrar medicinas y vacunas.
¿Pero, qué hacer mientras los científicos trabajan?
Personalmente y como siempre me ha gustado leer, pensé que lo mejor era leer algo que siempre he querido leer, pero que nunca había sacado el tiempo, no sólo porque soy una persona que trabaja (ahora, desde la casa), sino por un poquito de miedo, temiendo encontrarme con una historia muy dura y dramática, toda vez que se trata de «Matar a un ruiseñor» de Harper Lee.
Hacía rato había comprado el libro, después compré el audiolibro, así que me dispuse a escucharlo mientras hacía los quehaceres de la casa. En cosa de dos o tres días lo oí y, como quiera que debe haber mucha gente que como yo tiene una idea errada del libro, les voy a contar…
Del libro sabía lo que todo el mundo sabe: que narraba un juicio ocurrido en el sur de los Estados Unidos en los años 30 y que el sindicado era un afro-americano; así que me apresté a oír un montón de horrores, que pondrían a prueba mi sentido de la justicia. Pero estaba equivocada, se trata de uno de los mejores libros que he «leído». Sí habla de todo lo ocurrido en un juicio por violencia carnal, pero los personajes son un par de niños y quien lo cuenta es la niña que no acaba de entender muy bien el asunto, pero que sí capta el impacto emocional que el juicio causa en su hermanito, en su papá que es el abogado defensor y en todos los habitantes del pueblo, principalmente en sus vecinos.
La niña es la autora Harper Lee, que andando el tiempo se hizo abogada y publicó el libro en los años 60, ganando el premio Pulitzer y la Medalla Presidencial de la Libertad. La obra narra la vida en Maycomb, en el estado de Alabama, un clásico pueblo sureño, con todos los elitismos, clasismos y racismo de cualquier pueblo del sur de Estados Unidos de los años 30 que todos conocemos.
Resulta que en ese pueblito viven los niños del cuento, huérfanos de madre, que son educados por el padre viudo, que es abogado y por una cocinera negra. La niña cuenta como es el diario vivir, los juegos, la casa vecina que es medio misteriosa, la inmejorable educación que reciben del padre y la convivencia respetuosa con la cocinera negra exenta de cualquier asomo de racismo.
La vida transcurre normalmente para los dos niños y un amiguito ocasional (Truman Capote que andando el tiempo también fue escritor), hasta cuando el padre es nombrado abogado de oficio de un negro acusado de violar a una muchacha blanca. Los niños se ingenian la manera de asistir al juicio y es así como se enteran del sórdido asunto, claro que el niño que es el mayor más o menos entiende de que se trata, pero la niña, como digo antes, no acaba de entender el asunto, apenas sí entiende que el papá lucha por un hombre que a todas luces es inocente.
Como en cualquier juicio de la época y de cualquier época, hay testigos a favor y en contra del sindicado, finalmente los jurados se reúnen, deliberan durante horas y le entregan su veredicto al juez. Pero la obra no termina con el veredicto, dos sucesos inesperados alteran la vida hasta ese momento tranquila tanto de la familia del abogado como del pueblo en general…
Y no les cuento más porque quiero que ustedes también lean esta obra que apenas tiene 320 páginas y que se puede leer de un «tirón» u oír en un par de días. Lo más impactante de la obra es que la descripción de todos los sucesos y sitios de ese pueblo, lo llevan a uno a pensar que uno está ahí viéndolo, cuando empiezas a oírlo, tú no quieres parar, la voz de Adriana Sananes, que es quien lee la obra, contribuye a esta sensación, ya ella cambia la voz con cada personaje que interviene y a uno le da la impresión que está viendo a cada uno de ellos…
No se arrepentirán porque es muy, muy interesante…